Si hay un ingrediente clave en la elaboración de cualquier lasaña, ese es sin duda alguna el queso. La elección del queso repercutirá inevitablemente en el resultado final de tu lasaña, definiendo su carácter, su cremosidad y el dorado.
En este artículo te contamos qué quesos son mejores para el interior de tu lasaña y para gratinar en el horno. Además, te damos diferentes consejos para que elijas el queso perfecto para tus necesidades. ¡Sigue leyendo!
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Para los más puristas: El Parmesano
Si quieres preparar una receta de lasaña tradicional, sí o sí tendrás que utilizar queso parmesano. Este queso se caracteriza por ser duro y bastante seco, por lo que va muy bien tanto para rallarlo como para gratinarlo.
Más quesos para lasañas: Hay vida más allá del queso parmesano
El motivo de que se utilice queso parmesano en la receta tradicional, es obviamente lo bien que le pega. ¿Significa eso que sin parmesano no hay lasaña? Rotundamente no. De hecho, según la zona en la que se prepare, el queso suele variar. Por ejemplo, en el sur de Italia se suelen preparar las lasañas con queso provolone o picorino en lugar de parmesano. Y si nos fijamos en el pasticho (adaptación venezolana de la lasaña), es común utilizar quesos amarillos, como el cheddar.
A continuación te proponemos distintas variedades de queso que quedarán de fábula en tu lasaña:
Mozzarella
Además del parmesano, la mozzarella es otro de los quesos favoritos para la lasaña, especialmente por su capacidad para fundirse y dorarse a la perfección. Este queso suave y ligeramente húmedo es ideal para conseguir la deseada capa superior elástica y dorada que hace a la lasaña irresistible al gratinar.
Ricotta
El queso ricotta es una excelente opción para añadir cremosidad a las capas internas de la lasaña, ya que su textura suave y su sabor ligeramente dulce complementan perfectamente los sabores más intensos de los quesos curados y la salsa de carne. Si le quieres dar un toque de sabor a tu lasaña, mezclar ricotta con parmesano y huevo te ayudará a potenciar el relleno.
Emmental
El queso Emmental es perfecto para utilizar en la capa superior de tu lasaña, dada su elasticidad y su excelente capacidad de fundido. Además, al tratarse de un queso suave pero con personalidad, puedes utilizarlo también para complementar rellenos de carne o verduras.
Gouda
Un queso Gouda joven te ayudará a aportar cremosidad a tu lasaña, mientras que si es más añejo, le dará más carácter a tu lasaña si lo rallas en la parte superior y lo gratinas.
Queso Manchego
El queso Manchego es ideal para aportarle un sabor único a tu lasaña. Puedes usarlo tanto entre las capas de relleno, mezclado con otros quesos más suaves o con la salsa bechamel, o sencillamente espolvorearlo en la parte superior de tu lasaña. Cuanto más curado sea el queso Manchego que elijas, mayor potencia de sabor le dará a la lasaña.
Gorgonzola
Añadir Gorgonzola a tu lasaña es solo recomendable para los amantes del queso intenso. El queso azul le dará a tu lasaña un toque de sabor potente muy particular, pero te recomendamos que lo uses con moderación y lo mezcles con otros quesos más suaves.
Havarti
El Havarti es una opción fenomenal para actuar de contrapunto si tu lasaña tiene ingredientes más fuertes. Se caracteriza por fundirse de manera uniforme, creando una capa de queso suave y envolvente.
Pecorino Romano
El Pecorino Romano es una alternativa perfecta al parmesano si buscas un sabor más intenso y salado. Puedes usarlo para realzar el sabor de tu lasaña espolvoreándolo entre las capas de tu lasaña o mezclándolo con la salsa Bechamel.
Taleggio
Si quieres ir más allá de los quesos más típicos, el Taleggio puede ser tu opción ganadora. Se caracteriza por su sabor complejo, intenso y notas dulces. Su textura se derrite fácilmente, lo que lo hace perfecto para mezclar con la bechamel o esparcir entre las capas.
Quesos no recomendables
Aunque puedas utilizar diferentes clases de quesos, hay algunos que, por su consistencia, no son recomendables para las lasañas. Hablamos especialmente de quesos frescos y acuosos, que al cocinarse generan una gran cantidad de agua.
Este tipo de quesos se podrían llegar a utilizar en una lasaña, pero habría que combinarlos con una bechamel con cuerpo y consistencia para que la mezcla sea óptima.
Consejos para elegir el queso de tu lasaña
Ahora que ya conoces algunos quesos con los que marcar la diferencia con tu lasaña, vamos a ver qué aspectos debes tener en cuenta a la hora de elegir la mejor opción para tu receta:
Equilibra los sabores
La clave para una lasaña deliciosa es equilibrar los cinco sabores básicos (dulce, salado, amargo, ácido y umami), evitando que ninguno de estos domine sobre los demás. Por ejemplo, la acidez del tomate en la salsa puede equilibrarse con un poco de azúcar o zanahorias ralladas.
En este sentido, el queso juega un papel crucial. Quesos con un sabor fuerte y salado, como el parmesano o el gorgonzola, pueden complementar perfectamente las salsas de tomate o carne. Sin embargo, si tu lasaña incluye ingredientes más delicados, como verduras o una salsa blanca, considera quesos más suaves como la mozzarella o el provolone, que no sobrepasarán los otros sabores del plato.
Textura
La textura es clave en la lasaña. Quesos que funden bien, como la mozzarella, son ideales para la capa superior, mientras que quesos más granulares y secos, como el parmesano, son excelentes para mezclar con el relleno o espolvorear entre capas para agregar sabor sin añadir también humedad.
Si prefieres una lasaña con una capa superior crujiente y dorada, opta por quesos que gratinen bien, como el parmesano o el pecorino romano. Para una textura más cremosa y suave en el interior, el queso ricotta o la mozzarella son excelentes opciones. Estos quesos aportan humedad y suavidad, creando un contraste delicioso con la capa superior crujiente.
Experimenta
No tengas miedo de experimentar mezclando diferentes tipos de quesos. Si hay algún plato que se preste a la creatividad, éste es sin duda la lasaña. La combinación de varios quesos puede resultar en una lasaña con una complejidad de sabor y textura única. Por ejemplo, mezclar ricotta con parmesano añade cremosidad al relleno, mientras que una capa de mozzarella en la parte superior ofrece esa deseada textura elástica y dorada.
Restricciones dietéticas
En caso de que alguno de tus comensales presente intolerancia a la lactosa u otro tipo de alergias, tienes varias alternativas. Actualmente existen una gran variedad de quesos sin lactosa, veganos o bajos en grasas que puedes incorporar a tu lasaña sin comprometer el sabor y consiguiendo una textura similar a la de la lasaña tradicional.
Calidad
Lo barato sale caro, también con las lasañas. Independientemente del tipo de queso que elijas, la calidad es clave. Quesos de calidad no solo mejoran el sabor de tu lasaña, sino que también aseguran una mejor textura y fundido. Invierte en los mejores quesos que tu presupuesto permita para conseguir un resultado final de escándalo.
¿Dónde poner el queso?
Otra duda recurrente es dónde hay que poner el queso. Sin duda, para que hablemos de una lasaña tiene que estar recubierta de queso por la parte superior, que gratinarás en el horno. Pero depende de la receta o de lo «queseros» o «queseras» que seáis en casa, puedes darle un plus de queso: por ejemplo, mezclándolo con la bechamel o alternando capas de queso con el resto de los ingredientes mientras montas la lasaña.
Conclusión
Lo único que tienes que tener realmente en cuenta a la hora de decidir qué queso vas a usar para tu lasaña, es que si utilizas un queso acuoso, probablemente te quede demasiado líquida. Así que elige un queso curado consistente y granular y prueba hasta que des con el que mejor se adapte a tu paladar. ¡Buon appetito!